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Dos coordenadas: precio y calidad

Dos coordenadas: precio y calidad Mucho se está hablando sobre una probable crisis publicitaria que presenta como insostenible la gratuidad de los medios digitales. El modelo de financiación única por publicidad no ha cuajado. El derrumbe de la nueva economía, la incapacidad de los publicitarios para aprovechar la Red y el fin de lo que se preveía crecimiento económico sin fin, han congelado las inversiones publicitarias en la World Wide Web, que crecen muy tímidamente y no son suficientes para compensar los gastos informativos y de producción. Se presenta entonces el debate sobre la gratuidad de la Red, y el consiguiente posicionamiento.
El principal obstáculo para el modelo de pago por contenidos, convencer a la audiencia de que esos contenidos son únicos y valiosos, que valen lo que cuestan y que se adaptarán a las necesidades del cliente. La clave está en la particularidad del medio, su personalidad, un periódico con pocos o ningún equivalente en la web tendrá posibilidades de sobrevivir con el método de pago. Tenemos el más claro ejemplo en El País, que en su posición de periódico dominante, con la cabecera de mayor tirada a nivel nacional tan sólo goza de 44.000 suscriptores. A través de su edición de pago, se puede acceder al histórico de la publicación del periódico desde sus inicios, lo que significan casi cien años de historia de España y el mundo, que para muchos profesionales es una ayuda inestimable en su trabajo. Los 80 euros que cuesta anualmente la edición de pago no son dinero para una persona que desee tener a mano ese valor añadido. Pero el público elige la gratuidad antes que la calidad. Ahí es donde el medio debe intervenir, necesita convencer a los usuarios que no hay una web sustitutiva al suyo.
Por otro lado, nos situamos en la postura contraria, la de la gratuidad del medio. El diario El Mundo ofrece algunos servicios de pago, sin embargo, insisten en que la mayor parte de la web está disponible de forma gratuita. Gumersindo Lafuente, director de elmundo.es arroja luz sobre la postura de su medio y comenta que “es imposible hacer previsiones en un mercado que está naciendo. En cualquier caso no esperamos que el pago por información vaya a ser nuestra principal fuente de ingresos. Nuestras fuentes de financiación establecidas deben ser otras, como la publicidad o la venta de contenidos a otras empresas”. Pese a la crisis de la publicidad, reconoce que el modelo de un medio de comunicación digital está más cerca de la gratuidad que del pago: “Nuestro punto de vista es que el modelo de negocio de un medio en Internet es muy parecido al modelo de una cadena de emisoras de radio o de una televisión generalista. Se parece mucho a la radio. Internet es un medio bastante económico de poner en marcha y lo que realmente importa es la creación intelectual de la información. Este es su principal coste fijo que no va crecer según aumentan los lectores. Podemos subir nuestros lectores sin apenas subir nuestros costes generales. Eso tiene mucho que ver con un modelo radiofónico y nada que ver con el modelo tradicional de prensa escrita, en el cual cuantos más lectores tienes, más ejemplares has de imprimir, con lo que aumenta el gasto”. El Director de elmundo.es añade además que “no parece tener mucho sentido en un medio de información general empeñarse en cobrar de golpe. Se ha realizado un enorme esfuerzo en la captación de lectores de publicidad y si de pronto cerramos la web y la convertirnos en de pago, otras empresas se encargarán de ocupar nuestro hueco para aprovecharse del camino que hemos abierto”.
Sería absurdo reducir esta cuestión periódicos gratuitos o por pago, cuando el abanico es mucho más amplio. De hecho, tanto El País como El Mundo tienen excepciones, espacios gratuitos y espacios por pago. El caso es que estos dos medios son muy representativos para ejemplificar el caso.
Se muestran varias coordenadas a la hora de elegir la mejor opción para los periódicos digitales. Las dos principales son probablemente las que hemos planteado, es decir, la gratuidad (¿es sostenible?) y la calidad. Entre estas dos coordenadas oscila la mejor elección.

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